SACERDOTE EN EL CORAZÓN DE CRISTO

Ser sacerdote hoy día es algo fascinante,a pesar de tener que lidiar con tantas adversidades con las que la vida nos sorprende, pero gracias al Amor incondicional del Corazón de Cristo, Buen Pastor, nos estimula y nos da las fuerzas necesarias para no caer en la tentación ó levantarnos de nuestras caídas, que como humanos, podamos tener.
Os invito desde este blog a que perdáis unos minutos de vuestro tiempo a leer y meditas mis humildes reflexiones que brotan del corazón de pastor, elegido por Dios para la misión de ensenar, santificar y gobernas, al Pueblo de Dios; y sólo serviran de orientación, e intentan ser ayuda para fortalecer nuestras almas. GRACIAS A DIOS y a todos los que "perdáis" vuestro tiempo leyendo mis pensamientos.

viernes, 12 de noviembre de 2010

LOS VALORES (II)

¿DÓNDE ESTÁ EL PROBLEMA? SER RESPONSABLE
Los Valores (2ª Parte)

Como os decía la semana pasada el problema no está en tomar droga, sino ¿qué le ha llevado al joven a consumir? Los jóvenes de hoy han estado siempre acostumbrados a que los padres estén siempre encima y les solucionen los problemas, y cuando son ellos los que tienen que enfrentarse a su problema, no son capaces, y viene la desilusión, la desesperanza, y se cobijan en consumir para olvidar el problema, y se crean dos problemas, el que tenía, más el de la droga.
El cambio de actitud en el ser humano, que normalmente ha sido un ejemplo a imitar, se transforma de tal manera, que sus actos son a veces, contrarios a los que él tenía. De hacerse todos los días la cama, pasa a dejársela sin hacer, de recoger el baño después de la ducha; a dejarlo hecho un desastre; de ordenar su habitación, a dejarla pastas arriba; de comer con la familia, a dejar de hacerlo; y lo peor de todo, de quererse a sí mismo y a los demás, pasa a destrozar su vida y la de los demás.
Los primeros síntomas que empiezan a aflorar son la falta de interés por las cosas que se hacen, gastan más dinero de la cuenta, comen muchas chucherías para aliviar los síntomas, se vuelven muy mentirosos y muchas veces se van de casa un par de días, o una semana, o incluso hasta un mes. Luego surge un problema mayor, y es que no reconocen que están consumiendo y que su vida se está destrozando. Pero es que los Padres tampoco lo asumen: “¿mi hijo? Nunca”. La verdad es que el tanto por ciento mayor, son gente noble, sencilla, fácil de convencer, incapaces de decir que no a nada, por no quedar mal ante los demás. Pierden una serie de valores, los cuales vamos a analizar desde hoy y durante varias semanas.
1. Responsabilidad. Hay un binomio que aprendí de mi rector D. Manuel Cuadrado, actual párroco de San Sebastián de Almería capital: Libertad-Responsabilidad. En la medida que se es responsable, se puede ser libre. Cuántas discusiones tienen los padres con su hijos con el tema de a qué hora se recogen de la fiesta. Si los padres dicen a una hora y obedecen, están siendo responsables, por lo que seguirán teniendo libertad para salir. Pero si desobedecen y llegan más tarde, no son responsable, pierden la libertad.
jesus.zapata@diocesisalmeria.es

2 comentarios:

  1. ¿Quéos parece los artículos? ¿Nadie dice nada?

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  2. Padre:


    Desde mi humilde punto de vista, posiblemente los motivos que llevan a un joven a consumir, y posteriormente a engancharse, son tantos que darían para 25 entradas, e intuyo que van desde el aburrimiento al gusto por lo llamémosle 'oscuro', pasando por el deseo de ser 'guay', 'malo' o el deseo, quizás más peligroso, de dañarse a uno mismo.

    Cuando retomé el vicio de fumar, mucho me preguntaban por qué lo hacía, si yo aseguraba que fumar no me gustaba, es más, me resultaba desagradable. A todos les decía lo mismo: fumo porque hay tabaco. Si llega a haber coca, me habría metido una raya; si llega a haber heroína, me meto un chute. La cuestión era dañarme. Es lo que tiene despreciarse mucho.

    En cuanto a la responsabilidad-libertad, se me viene a la cabeza lo que decía en clase mi tutor y profesor de Ética: te obligas con aquello que valoras.

    Perdone, Padre, son las tres y cuarto de la mañana y estoy sobria. Le dejo un abrazo.

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